El análisis sistemático exige que el objeto se estudie como un sistema de conexiones cualitativamente determinado, interrelacionado en todos sus elementos. Cada elemento del sistema se analiza como parte de un todo, frecuentemente como un subsistema cuyas funciones y comportamiento quedan determinadas por las características generales de todo el sistema. Las características del sistema dependen de las particularidades de sus elementos, pero no son una mera suma de estas particularidades. El comportamiento del sistema depende de los mecanismos específicos de relación entre los diferentes elementos de este sistema.
Es sumamente importante no sólo el análisis de las relaciones entre los diversos elementos del sistema, sino la determinación específica de aquellas conexiones dentro del mismo que son "formadoras del sistema", o sea que garantizan la unidad de éste en el transcurso de todas sus posibles modificaciones y alteraciones.
Como relaciones "formadoras" del sistema deben considerarse las que más ampliamente versan sobre lo específicamente cualitativo del sistema o sea las relaciones sustanciales. De lo expuesto se deduce que un estudio sistemático no es posible sin el análisis del objetivo, cuando el objetivo no se impone desde fuera. Consideramos las relaciones orientadas hacia la consecución de un objetivo como una cualidad de la propia estructura, que determina todo el proceso de desarrollo y da estabiliddad a los elementos estructurales.
Según Van Gigch, en su libro "Applied general systems theory" (Nueva York, Harper y Row, 1974), el planeamiento sistemático nació para satisfacer las siguientes necesidades de generalizar, simplificar, integrar, optimizar, evaluar, planificar y controlar. Desde otro ángulo, Bertalanffy, en su memorable "General Systems Theory" (Nueva York, 1968), nos recomiendo también no estudiar elementos y procesos aislados, sino puestos en interacción dinámica y no perder de vista que la conducta de los elementos es distinta cuando actúan aislados y cuando forman de parte de un todo.
La finalidad de la Teoría General de Sistemas consiste en encontrar el marco conceptual más general, como dice Rapoport, dónde insertar una teoría científica o un problema técnico sin que éstos pierdan sus características esenciales. El propio autor añade que el mensaje fundamental de esta tería consiste en la fusión del planteamiento matemático con el organístico, de suerte que el propósito básico de la Teoría General de Sistemas consiste en poner de manifiesto cómo el aspecto organístico de un sistema se hace patente a través de su estructura matemática, tal como ocurre por ejemplo cuando las propiedades de ciertos sistemas de ecuasiones diferenciales dan a entender unos aspectos orgánicos, comprendiendo en éstos la tendencia a unos estados de equilibrio que sean independientes de las condiciones iniciales.
De este modo, estamos ya en el umbral de aquella declaración programática de Bertalanffy, que en 1969 establecía, la existencia de una tendencia general a la integración de las ciencias naturales y sociales. Esta integración centrada en la Teoría General de Sistemas, para constituir un instrumento importante en la búsqueda de la exactitud dentro de las ciencias no físicas, al desarrollar principios unificadores que atraviesen verticalmente el universo de las ciencias individuales, esta teoría nos aproximará a la meta de la unidad de la ciencia.
domingo, 28 de junio de 2009
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